Me defino como grabadora, escultora y pintora, lo cual me ha llevado a expresarme a su vez como escritora. Un medio ha sido influencia directa sobre otro, así fortaleciendo mi expresión artística.

La escritura se ha convertido en una parte esencial de mi proceso creativo, el cual parte de una meditación, resultado de un viaje espiritual personal y un fuerte deseo de encontrar mi verdad. Es en ese silencio que me encuentro y me conozco. Como manera adicional de expresion, la necesidad de escribir lo que siento durante el proceso creativo ha transformado mi obra y mi persona.

Al acercarme al canvas no existe en mí una idea preconcebida del resultado, guiada por mi intuición, en lugar de mis pensamientos, entro en un profundo silencio personal. Inmersa en ese silencio y en el proceso de creación es que mejor conecto con la energía que me rodea y el poder universal. Se convierte entonces en un proceso muy libre siendo mi cuerpo el principal instrumento de creación y mi alma el ente creador.

Al finalizar las obras, recurro a los escritos y es entonces que comprendo el significado de la obra y lo que deseaba expresar mediante ella. De estos escritos salen los títulos y el escrito que siempre acompaña cada una de mis obras. Y así, es a través del uso de palabras que mi arte también se convierte en una expresión poética.

Mi trabajo alude al recorrido espiritual en el que me encuentro con un resultado de aceptación y regocijo muy profundo. Anteriormente he utilizado títulos como ”Diosa creadora” y “Diosa de Mi”, es mi intención y propósito pues es mi visión de que en cada uno de nosotros hay un dios y todos estamos destinados a esa grandeza. Así es, que con todo propósito, mis títulos y escritos son decretos de lo que deseo alcanzar.

Utilizando el poder de las palabras me obligo a recordar la grandeza absoluta que habita en mí como ser espiritual. Hablo de amor propio, yo como Diosa, yo como creadora de mi destino. Mis obras son como espejos, en ellas está el reflejo de lo que soy en esencia, alma y energía.

Mi arte es la reflexión del recorrido en el que me encuentro y de lo que sin duda deseo alcanzar.

Yo pinto lo que soy, lo que siento, honestidad reflejada en mi creación.

Creo para crecer, para ser mejor de lo que soy, para conocerme.

Mediante mi obra es que me apodero de mi vida buscando engrandecerme para ser, mejor mujer, mejor madre, mejor hija, amiga, hermana, mejor ser humano. Cuando como artista me enfrento a un canvas inmenso, completamente en blanco, aparece un reto que puede ser de mucha intimidación. Hay que romper con el miedo y ser valiente. Es así que el arte me ha brindado las herramientas de fortaleza y valentía para enfrentarlos obstáculos y fortalecerme como persona.

Es mi deseo e ilusión de que yo pueda ser la mejor versión de la mejor visión que yo pueda tener de mi persona. Aunque mi trabajo es muy personal, tiene un mensaje universal de amor propio, aceptación y empoderamiento, por lo que invito al espectador a observar mi obra, a leer mis palabras pero sobre todo sentir lo que evoca cada pieza. Mi obra es para todo el que desee encontrarse y amarse; para mis hijas, para que reconozcan la grandeza que existe en ellas y las diosas creadoras que son.